Barrancos y playas de Puerto del Rosario
En nuestros paseos motorizados o a bordo de nuestros zapatos nos
topamos con una serie de accidentes geográficos a los que mentalmente damos
nombre, los conocemos, sin caer en la cuenta que otros más jóvenes, visitantes
o no nacidos aquí, no tienen por qué conocerlos.
Si imaginamos que la trama urbana y viaria de Puerto del Rosario es un inmenso
tapiz que se tiende sobre el territorio, es fácil suponer que una buena
cantidad de topónimos quedarían ocultos, olvidados, subterráneos.
Pero ellos, durante mucho tiempo, sirvieron de hitos o mojones que
ayudaron a nuestros antepasados a delimitar sus fincas y solares, a orientarse
en el trazado de caminos, a referenciar acontecimientos pasados en su entorno
con una exactitud propia de los tiempos antiguos, de los tiempos pasados; pero es
de mucho interés recordarlos aún en la actualidad.
Por eso aquella toponimia también resulta de gran utilidad a quienes
intentan narrar hechos del pasado, ubicar edificios, delimitar caminos, situar
accidentes geográficos y sucesos que allí acontecieron…
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Barranco Viejo o de La Herradura, cerca de la Garganta del Diablo, en el municipio de Puerto del Rosario, lo cortan caminos y carreteras sin identificarlo. (Foto aportada por Paco Cerdeña) |
Nuestro frente marítimo pregona con unos visibles cantiles de basalto
dónde estaba la orilla del mar, con muchas de sus playas enterradas y que
partiendo, por ejemplo, de la
Explanada en dirección sur, por la Avenida Reyes de España,
podemos recordar: La de la
Carnicería , la de Encarnación Hormiga o de los Jorge, la de
Las Cuevas, Escuevas o Mastrantos, la de Juanito El Cojo o del Lastre, La de
Los Pozos, la Caleta
de Los Pozos y el Carnadero de Los Pozos…
Y aquí me quiero detener. En Los Pozos, porque todo este último entorno
alude a los antiguos socavones que permitieron beber a nuestra gente. El
barranco del mismo nombre, como el de otros que ahora no vamos a citar, marcó
hondamente la toponimia circundante que llegó a bautizar el propio Estadio
Municipal.
Sin embargo, el barranco que nos ocupa no aparece identificado en la
señalética de carreteras y, como algunos otros, tampoco en el callejero que los
soterró.
Acompáñenme, si no, en un recorrido por su cauce desde la desembocadura
hasta los cuchillos que separan Casillas del Ángel de Tetir y Las Atalayas del
Viso, donde nace.
Poco antes de recibir las aguas de los barrancos de Lugo y Risco
Prieto, la carretera del Aeropuerto lo cruza sin pregonar a los curiosos que
puentea dicho cauce.
Sigamos el de Risco Prieto hasta las Atalayas del Viso para volvernos a
encontrar con que la carretera FV20 y la Circunvalación de
Puerto del Rosario saltan por encima sin mencionar su nombre.
Y si ascendemos por el Barranco de Lugo, volvemos a toparnos con la Circunvalación de
Puerto del Rosario justo en el punto donde confluye con los Valichuelos o
Barichuelos, el Barranco de Jaifa y El Canalizo que, con fuerza viene relevando
al de Lucas Méndez hendiéndose en el basalto suelo.
Unos y otros vuelven a ser puenteados por la carretera FV20 hacía Antigua en el barranco de Jaifa y en el barranco de El Canalizo donde aquella confluye otra vez conla
Circunvalación de Puerto del Rosario, cerca de la
Rosa Vila ; y en ningún caso la señalética
viaria informa de aquellos encuentros, de aquellos topónimos que siguen y
seguirán bullendo en la memoria colectiva, siquiera documental o escrita, tan
necesaria a los Registradores de la Propiedad , por ejemplo.
Unos y otros vuelven a ser puenteados por la carretera FV20 hacía Antigua en el barranco de Jaifa y en el barranco de El Canalizo donde aquella confluye otra vez con
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El barranco Pilón es un ejemplo que desaparece bajo el proceso de urbanización. Una calle paralela a su cauce perpetua este toponónimo. (Foto aportada por Paco Cerdeña) |
Y lo mismo podríamos decir de otros tantos barrancos y barranquillos
del municipio de Puerto del Rosario, algunos tan importantes como El de Los
Molinos, el de Río Cabras, la
Muley , Juana Sánchez o el de La Herradura que permanecen
huérfanos de nombre en la señalización viaria, anónimos accidentes de una
geografía que intentamos explicar en excursiones de todo tipo porque nos
sentimos orgullosos de nuestro patrimonio y también la toponimia forma parte de
él.
Concluyo apuntando que cuanta más información se traslade desde el esfuerzo
cartográfico a la red de carreteras, caminos y calles, tanto más se enriquecerá
nuestra toponimia y por consiguiente, nuestro patrimonio.
Copyright: Francisco Javier Cerdeña Armas