miércoles, 10 de mayo de 2023

Capilla, oratorio... el primer lugar de culto en Puerto de Cabras

El primer espacio destinado al culto en Puerto de Cabras se abrió con licencia eclesiástica en 1812.

La Junta Vecinal para construcción de una iglesia se conformó con habilitar un local en la calle de La Marina, junto al camino de La Oliva, donde no estorbase a las labores mercantiles de este grupo de promotores de nuestra ciudad.

Tal y como se hizo tradicionalmente cuando los vecinos promovían un templo en nuestra isla, lo pensaron en un local -eran comerciantes fundamentalmente- desocupado y alejado del trasiego del embarcadero, donde, en definitiva, no molestase las labores económicas de la zona; conviene recordar que algunas de nuestras ermitas en Fuerteventura, cuentan con barbacana o muro almenado para evitar que el ganado se acercara a las paredes del templo. Con el tiempo estos templos se fueron incorporando a la trama urbana de los distintos caseríos y pagos.

Aquí, en Puerto de Cabras, nuestros pioneros, constituidos en juntas para conseguir los elementos definitorios de una población, la de la iglesia alquiló aquel local que, como decimos, estaría por aquellas fechas alejado del núcleo histórico de la ciudad, lo suficiente para no entorpecer las labores de carga y descargas de los barquillos, de los camellos, del embarcadero.

Aparte de la ficción de Martínez Encinas sobre el control de acceso a la misa, separando a las que llamaba "cosqueras" de las personas "principales", solo sabemos que el santuario estaba ubicado en el conocido como barrio norte, a la margen del barranco de Puerto de Cabras, junto al camino de La Oliva, frente a la bifurcación del sendero que conducía a El Charco, sobre el pequeño acantilado, en lo que luego fuera calle Nueva y, más tarde, de Juan Domínguez Peña; allí estaba el "fuchadero" de los camellos que traían las mercancías por aquellas calles.

Así es que lo que algunos llaman "ermita" estaba efectivamente y como señaló Inma de Armas en su pregón de 2005, cerca de un estacionamiento de camellos. Pero no el próximo a la desembocadura del barranco, junto a la playa; allí, como decimos, resultaría crudo compaginar la actividad mercantil y la religiosa.

Tampoco estaba próxima al "fuchadero" de camellos que estaba junto al camino de Casillas, delante de la casona de Diego Miller, donde estaba la Plaza España desde 1939 a 1970, aproximadamente. Tampoco apuntan las fuentes a que estuviera en la cuesta de la Calle Real, hoy de León y Castillo.

No. Nuestra primera capilla o santuario estuvo donde aún se conserva: en la calle de La Marina, hoy del Gobernador García Hernández, tal y como lo gestionaron desde aquella lejana Junta Vecinal que siguió adelante en su empeño por lograr un templo con arquitectura religiosa típica y con vocación de convertirlo en parroquia independiente de Tetir, algo que les costó mucho más que la segregación político administrativa de la Vega tetireña.

Felices momentos los que vivimos si se logra rescatar este inmueble como patrimonio histórico de la ciudad, tal y como se anuncia últimamente; una idea que compartía el malogrado Elías Rodríguez o doña Elsa Nieves, estamos en la buena línea.

Primitiva imagen de la Virgen del Rosario conservada en la sacristía de la actual iglesia parroquial. Desconocemos si es la primera. (Foto Paco Cerdeña, Cuaderno de Puerto de Cabras)

Licencia:
"Junio 4 de 1812.- ... En vista a lo que se nos expone en el memorial que antecede y de lo informado en su apoyo por nuestro Vicario de la isla de Fuerteventura, concedemos a éste facultad para reconociendo, acompañado de notario, la sala que tienen preparada los vecinos del Puerto de Cabras, para que les sirva interinamente de oratorio público por los justos motivos que exponen, y hallándola con la decencia correspondiente de todo uso común doméstico, y adornarla, completamente de ornamento y vasos sagrados, ponga su aprobación, precediendo ésta el que los vecinos se obliguen con la formalidad necesaria a la dotación del capellán y a los reparos y demás necesario a dicho oratorio, y en este caso, usando de nuestras facultades en bien espiritual del mencionado vecindario, concedemos licencia para que en el referido oratorio se pueda celebrar el santo sacrificio de la misa, y cumplir con el precepto en los domingos y días festivos todos los vecinos del dicho Puerto y demás personas que residan o aporten a él; con tal que en nada se perjudique el derecho parroquial; y esta gracia valga solamente por tres años precisos, dentro de los cuales los referidos vecinos habrán de realizar una ermita capaz con la dotación y escritura correspondiente para el capellán y aseo y conservación de ella.- Díjolo Su Ilustrísima el Obispo mi señor que firmó, doy fe.- Manuel Obispo de Canarias.- Por mandato de Su Ilustrísima el Obispo mi Señor, Licenciado Santiago Verdugo, secretario."

Escritura de dotación
Fue otorgada en Puerto de Cabras, isla de Fuerteventura, el 5 de septiembre de 1812, ante el escribano Francisco García, y la firmaron por sí y por los que no supieron firmar: Diego Miller, Cristóbal Molina, Manuel Martos, José Francisco Velázquez, Fernando Mesa, Antonio Borges, Miguel Jayme, Ginés de Cabrera, Blas González y Sebastián Acosta.



jueves, 19 de enero de 2023

Santa Inés 2023

Recordando una vieja costumbre: El sorteo de diputados regidores del cabildo de Betancuria en Valle de Santa Inés

Pues ya estamos en la fiesta más fría de Fuerteventura, la primera del año, después la de Fray Andrés y de la de San Sebastián; pero éste último, conviene recordarlo, ya no tiene templo, lo destruyeron en Vega de Río Palmas en la década de 1950-60.

Así es que ¡para el Valle!, tal y como lo hicieron en los siglos XVI y XVII los miembros del ayuntamiento insular de Betancuria para sortear dos de sus cargos de regidores, cuyo ejercicio duraba un año, de fiesta a fiesta. Por eso se les conocía como "regidores cadañeros" y se ocupaban, entre otras muchas cosas, de regular las apañadas y garañonadas.

Por aquellos tiempos el viejo cabildo había convenido en deslindar las áreas jurisdiccionales en que los cadañeros debían ejercer sus funciones: y se imaginaron una línea que iría desde el puerto de La Torre al de la Peña, de costa a costa, de sotavento a barlovento, respectivamente. La raya, hoy difusa, pudo tener una expresión física mediante pared sobre el terreno. En todo caso hay vestigios que nos hablan de aquella posible estructura de piedra seca trepando por la ladera noreste del Morro Velosa, a dar precisamente a los corrales de Guise y, desde allí, por el Morro de la Cruz y los filos hasta el mar del norte.


Miremos ahora a las esculturas de la degollada de Guise, junto al camino del Otro Valle a Betancuria o viceversa, no lejos del descansadero de los muertos. El escultor Emiliano ejecutó el encargo de este conjunto, interpretando el punto de unión o confín de las respectivas comarcas de Guise y Ayose, que son los personajes allí representados.

Volvamos con esa imagen en la retina por el camino de Santa Inés, acerquémonos a la ermita, supongamos que es el día de la mártir, que las puertas están abiertas y que, poco a poco, la gente se va concentrando y buscando el soco en el remanso de aire quieto que forma la nave y la sacristía, donde, además, la hornacina del estribo de ese lado, recuerda que allí se celebraría la escenificación del sorteo de los regidores de las comarcas de Guise y de Ayose.

La imagen de los colosos que veíamos en la Montaña como homenaje a los reyes de la vieja Maxorata, deviene en sendos personaje cuyos nombres se pronunciarán en voz alta después de la función religiosa y del sorteo. Con asistencia de vecinos de toda la isla se iba a a desarrollar un acto que preferimos contar en palabras del escribano del cabildo de Betancuria. Pongamos que sea el 21 de enero, pero de 1609; veamos qué y cómo nos lo narra en los papeles de la institución de la mano de sus transcriptores, Roberto Roldán y Candelaria Delgado; en extracto dice así:

En Fuerteventura, en 21 de enero de 1609, estando en la iglesia de Santa Inés, que es en donde dicen El Otro Valle, estando presente el capitán Luis de León Sanabria, gobernador, y el alférez Juan de León Betancor (¿?), y el maestre de campo Blas Martín Armas y Melchor de Armas, regidores, ante mí el escribano... para elegir y nombrar regidores diputados cadañeros que salgan por suerte... señalaron [tres nombres para la parte de Guise y otros tres para la parte de Ayose] para que el que saliere por suerte de una y otra parte ejerzan el tal oficio de regidores diputados... y habiendo escrito los [seis nombres], cada uno en su cedulita con otras tantas en blanco, se metieron en un canjilón adonde se removieron bien y fue llamado un niño [de nombre] Sebastián y le fue mandado meter la mano dentro... y sacara una cedulita... [después de una cédula en blanco] sacó del dicho canjilón otra cédula en la que salió escrito el nombre de Baltasar Betancor, por regidor de la parte de Guise. Y luego... volvió a meter la mano y... [después de dos cédulas en blanco] sacó otra cédula en la que salió escrito el nombre de Marcos Perdomo Cabrera, regidor de la parte de Ayose, de lo cual yo el escribano doy fe...

Hecho el sorteo y proclamados regidores cadañeros se les llamó para que tomaran posesión y jurasen el cargo que debían desempeñar hasta enero de 1610. Así fue con Marcos Perdomo, que estaba presente y al que el alguacil buscó entre la concurrencia; Baltasar Betancor, que no estaba en el acto, se le hizo llegar la orden de que compareciera a la Villa al día siguiente, para jurar y posesionarse de su diputación.

Cuenta la historia que así aconteció hasta mediados del siglo XVII en que el proceso y los cargos desaparecieron, como las propias jurisdicciones, que cayeron en desuso al erigirse las nuevas parroquias en Pájara y en La Oliva pues las comarcas de Guise y Ayose que, a efectos administrativos, recuerdan a dos pedanías de la Villa, entraron en desuso a partir de la primera década del siglo XVIII.

Al caer la tarde, con los recuerdos de esta elección, regresamos en nuestro imaginario viaje hasta el tiempo presente y, desde la emoción de lo evocado, me reafirmo en que quizás no se tan descabellado organizar, como parte de nuestras fiestas y de  recreación de nuestra historia, una teatralización en el entorno de la ermita, donde se recojan episodios como este que ya en la década de 1960 destacó Roberto Roldán, logrando que en la fachada del templo se colocase una lápida de mármol recordando que aquí, durante los siglos XVI y XVII, se realizaba el sorteo para elegir a los diputados que administrasen las dos comarcas en que se dividía Maxorata, dejando aparte la privativa península de Jandía, en manos de los administradores del Señorío que fue.

miércoles, 18 de enero de 2023

Bibliografía sobre Puerto de Cabras

 La defensa militar de Fuerteventura en la Segunda Guerra Mundial

Tal es el título del libro que se presentó la tarde noche del 17 de enero de 2023 en la Biblioteca Pública Municipal de Puerto del Rosario. Por fin un tratado que convida a repensar la historia menuda de Fuerteventura en general y de Puerto de Cabras en particular durante el primer quinquenio de la década de 1940. Porque aquellos fueron instantes de nuestro pasado en que la rueda grande la Historia pasó por nuestra isla, toca indagar en la memoria y las "batallitas" (dicho sea desde el respeto con que siempre abordamos nuestros temas en este Blog) de nuestros abuelos, de nuestros mayores, los que vivieron aquellos especiales tiempos de hambre y militarización de nuestra tierra.

Lo presentó el coronel don José Romero Serrano, del Instituto de Historia y Cultura Militar, como coautor y coordinador de una obra en la que además intervienen El Coronel de Caballería don Jesús Martínez de Merlo y el Doctor en Historia por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, don Juan José Díaz Benítez. Lo edita el Ministerio de Defensa, 2023.

Tres grandes bloques estructuran el libro que nos ocupa:

- La amenaza de invasión aliada de Canarias durante la no beligerancia española en la Segunda Guerra Mundial.

- Los desembarcos anfibios en el teatro europeo. Operaciones Torch, Husky y Overlord.

- La defensa militar de Fuerteventura.

El apartado cuatro, consideraciones finales, incluye un documento facsímil del Plan de Defensa Militar de Fuerteventura de 1943, complemento básico para los inventarios de fortificaciones y su incorporación al patrimonio histórico de la arquitectura militar, estructuras defensivas de la época que nos ocupa. Una ruta a considerar en la oferta turística de Fuerteventura.

De los silencios de la obra se abren vías de investigación sobre quiénes construyeron las fortificaciones militares, los nidos de ametralladoras y los asientos de las baterías de costa de Matas Blancas (Jandía) y Bristol, (en Corralejo), qué empresas insulares y quiénes fueron sus obreros... A considerar o retomar la presencia de miembros del batallón de soldados trabajadores forzados que vinieron a Canarias, distribuyéndose por las dos provincias, llegando a Fuerteventura, al menos, un pelotón de aquellos prisioneros republicanos.

Muy recomendable su lectura.





lunes, 2 de enero de 2023

Bibliografía sobre Puerto de Cabras

Un nuevo libro sobre los desterrados de la Dictadura de Primero de Rivera en Puerto de Cabras. La cotidianeidad de nuestra ciudad en aquellos tiempos, una vez más, de la mano de un hecho histórico que trajo a la localidad a dos ilustres confinados.

"Fuerteventura, 1924. El marqués de Cortina, don Miguel de Unamuno y don Rodrigo Soriano a cien años de su destierro. Noticias y escritos desde Canarias a través de la prensa". Aclarador título del último libro de Carmelo Cornelio Torre Torres que abre y anima a nuevas investigaciones sobre aquellos y sobre la isla como prisión.



Se trata de una recopilación de artículos sobre el destierro, escritos por los protagonistas o por periodistas en la prensa de la época, que permitirán al lector comparar las dos visiones personales. En palabras del prologuista, Marcial Morera, la realista de Soriano y la idealista de Unamuno; del político y del poeta, respectivamente.

Basándose en un supuesto olvido del hecho histórico que trajo a los tres desterrados y su estancia de dos de ellos en Puerto de Cabras, el autor hace un somero estudio sobre los otros confinados en la isla a lo largo de toda la Historia. Quizás sea esto último otra de las novedades que aporta.

Que no eran dos sino tres los que mandó a Fuerteventura la Dictadura de Miguel Primo de Rivera; que el tercero no llegó a pisar la isla-cárcel. Sobre sus vidas desgrana Carmelo unos apuntes que nos convidan a curiosear el recopilatorio de escritos que se publicaron por los desterrados y sobre los desterrados.

Desvela, por ejemplo, lo publicado en Le Quotidien, de París, como promesa de transcripción o, tal vez, retandonos a su consulta en la capital francesa. Dumay y su participación en la que el autor llama supuesta fuga o huida de los confinados.

Partiendo de la capital majorera, grande o chica, ¡qué más da!, habla de las excursiones por la isla, pues siendo tierra de destierro, la vigilancia dormía en Puerto de Cabras, donde transcurrió la mayor parte del tiempo de confinamiento...

Ofrece, en fin, una cronología sobre el devenir vital por el que transcurrió la estancia de los ilustres forzados.

Y los artículos localizados en la prensa sobre este episodio en que la historia local y la general se entrecruzan como marco de contexto de una dictadura, constituyen el grueso de la obra.

Prologado por el doctor Marcial Morera Pérez, director de la Cátedra Miguel de Unamuno en nuestra isla, es autoedición de Carmelo Torres, 2022, con subvención del Cabildo de Fuerteventura.

Lo traemos a nuestro blog en atención a que se ocupa de un capítulo de la memoria de Puerto de Cabras que, además de la dimensión universal de los desterrados, nos aproxima a unos instantes de la vida de nuestra capital en tiempos de la dictadura de Primo de Rivera.