sábado, 17 de diciembre de 2011

La visita de Alfonso XIII a Puerto de Cabras, 1906

Esta fue la primera visita que realizó un monarca español a Fuerteventura, abril de 1906

La de un joven Alfonso XIII, abuelo de S.M. Juan Carlos I, enmarcada en el ambiente de desánimo que se instaló en la intelectualidad y en la decadencia del sistema político de la Restauración, tras el desastre de 1898.
La visita del Jefe del Estado venía a expresar la vocación de reafirmar la soberanía española sobre las islas y a respaldar los intereses en la vecina costa africana. 

Para Puerto de Cabras y para la isla, la ocasión era irrepetible después de 500 años de Historia común para que, por una vez, las autoridades locales pudieran plantear en su propia tierra a las más altas jerarquías del Estado sus inquietudes, sus necesidades. Se pedía ayuda para un depósito de aguas, para acabar el templo, para el acondicionamiento portuario... Se demandaron tantas cosas y tan grande fue el contento general que decidieron poner el nombre del monarca a una de sus calles.
En el recuerdo se fue apagando la crónica de la visita y por eso la rescatamos.


El Puerto de Cabras que vio Alfonso XIII...
Veamos el ambiente y la descripción del Puerto de Cabras de la época en palabras del poeta lanzaroteño Isaac Viera, de visita en la isla dos años antes del paso de Su Majestad Alfonso XIII:

“La ascensión al pueblo, que se compone de veinte calles y una bonita plaza... exige encaramarse por cualquiera de las callejas que desde la principal trepan a derecha e izquierda de la población...” y prosigue “el muelle de Puerto de Cabras pertenece al municipio, es un rinconcito abrigado donde se recuestan a la baja marea las barcas... mientras algún pailebot duerme fuera del espigón...” Y termina diciendo “tiene dos fondas... cuenta con un hospitalito debido a los generosos esfuerzos de la Cruz Roja... En el casino “El Porvenir” se halla instalado un lindo teatrito... donde tiene también sus dependencias la Banda de Música”.

El ambiente institucional en tiempos de la visita

Entonces residía en Puerto de Cabras el Gobierno Militar de la Isla, la Subdelegación de Marina, la oficina postal,  la subdelegación de Hacienda, la Notaría, varias agencias consulares, la Subcomisión de Cruz Roja y compartía su actual territorio con las jurisdicciones de los municipios de Casillas del Angel y Tetir, cuyos alcaldes asistieron al acto que nos ocupa. Las carreteras que unían estos pueblos estaban en obras y se abrían paso en Ampuyenta, con destino al Sur de la Isla y en La Matilla, hacia el Norte.

En el Puerto se perfilaba la capitalidad: Además de los organismos citados hacía poco tiempo que recibieron con jolgorio las fuerzas de la Compañía del Batallón de Reserva nº 6 que vino a guarnecer la plaza y que, precisamente en 1906 pasaba a denominarse Batallón de Cazadores Fuerteventura nº 22; y poco antes también la Guardia Civil había llegado al lugar. A fines de enero del año de la visita regia obtuvieron del Obispado la parroquia de Nuestra Señora del Rosario.
En el Casino “El Porvenir”, única sociedad civil que entonces existía, se comentaba la visita y se barajaban las peticiones que formularían a las autoridades de Madrid, pues muchos de los socios ocupaban los cargos administrativos del municipio. Se clamaba por la creación del Juzgado de Primera Instancia que les convertiría en cabeza de partido judicial, pues en esto seguían dependiendo de Lanzarote; así apareció en varias ocasiones en las páginas del semanario “La Aurora”, único periódico local de la época. Se lloraba por el telégrafo, por los itinerarios de los vapores correos y tantos otros clamores.
Con la visita de Alfonso XIII Fuerteventura se asomó a la Historia de España para algo más que para servir de lugar de destierro, que también tuvo algún  revolucionario de la Gloriosa de 1868 y "conspiradores" contra la metrópoli en los restos coloniales de ultramar.

El Rey en Puerto de Cabras

A las 6,30 horas de la mañana del 5 de abril de 1906 fondeaba el “crucero” Alfonso XII en la bahía de Cabras, donde ya estaba el Extremadura y otros barcos de menor porte desde la noche anterior.
 Aunque el semanario La Aurora recogió en su número de 12 abril la noticia del evento, nosotros no nos resistimos a reproducir parte del acta que reflejó el Ayuntamiento en el Libro de la Corporación para dar solemnidad y conocimiento a las generaciones posteriores:

"Saltó S.M. al muelle por la marquesina preparada al efecto a las 8 1/2 de la mañana acompañado de los Excmos. Sres. Dn. Alvaro de Figueroa, Conde de Romanones, ministro de la gobernación; Dn. Agustín Luque, ministro de la guerra; Dn. Victor Comas, ministro de Marina; de los generales Marqués de Pacheco y Rascarán, de su séquito real, del Gobernador Civil de la Provincia Dn. Ramón Ledesma Hernández y del Teniente Coronel Jefe de la Guardia Civil de este Archipiélago Dn. Domingo Lomo Garcia.
"En el muelle le esperaba el teniente de Alcalde Dn. José Castañeyra Carballo por indisposición del Alcalde presidente Dn. Juan Domínguez Peña, el gobernador militar de la Isla, Teniente Coronel Dn. Antonio Serra Orts, el presidente de la Cruz Roja, Dn. Ramón Fernández Castañeyra y el médico titular Dn. Domingo Hernández González. Dicho teniente de Alcalde saludó al Monarca en nombre del pueblo, emprendió la marcha en dirección al templo parroquial. En el muelle le hizo honores la banda de música que dirige Dn. Juan Peñate Quevedo e inmenso público que excedió de cuatro mil personas le hizo una ovación delirante.”


"En medio de los vítores de la multitud que constantemente le aclamaba, llegó S.M. a la Parroquia en donde se cantó un solemne Te Deum, siendo el oficiante nuestro venerable párroco Doctor Dn. Teófilo Martínez de Escobar y Luján. Terminado dicho acto religioso el Doctor Martínez de Escobar leyó a S.M. un notable escrito en que le pidió una limosna para terminar el templo. Salió S.M. por la puerta del Sur, dirigiéndose por la calle del Rosario a la del General Linares en donde revistó la Compañía activa de este batallón que mandaba el Capitán Dn. Antonio Bañolas Passano (?), teminada la revista continuó por la calle del Rosario hasta llegar al bonito templete que esta Corporación acordó construir, y que dirigió el primer teniente de este Batallón Dn. Vicente Vilchez Cueto, para desde él presenciar un desfile de camellos que se preparó; de allí se dirigió por la calle Fernández Castañeyra, León y Castillo, Puente y Marina al cuartel de Infantería del Batallón que guarnece esta plaza, y de allí vino el Monarca a esta Casa Ayuntamiento en donde se le obsequió con un refresco.
"El Ayuntamiento entregó al Rey una instancia pidiéndole un depósito de agua y el teniente de Alcalde rogó a S.M. aceptara una camellita que para el objeto se había adquirido, y S.M. manifestó que la aceptaba con mucho gusto.
"El General Marqués de Pacheco entregó 500 ptas. al Sr. Alcalde para los pobres y 250 al Dor. Martínez de Escobar para la fabricación del templo, y 200 de la Infanta Doña María Teresa que por indisposición no pudo saltar a tierra.
"A las 10 se dirigió S.M. al muelle seguido de su séquito e inmenso público, habiéndose embarcado en medio de la más entusiasta manifestación de simpatía.
"Todas las calles por donde S.M. pasó estaban vistosamente engalanadas por profusión de banderas y ramaje y se levantaron seis arcos de triunfo en las calles de León y Castillo, Marina y Plaza del Rosario.
"Todo el vecindario ha rivalizado en entusiasmo a la visita regia, quedando por ello satisfecha la Corporación."

Suscribieron el acta los señores José Castañeyra, alcalde acciental; Secundino Alonso, Juan Castro, Tomás Martín, Pedro Hernández y Manuel Martín. Actuó como fedatario don Enrique L. López, Secretario de la Corporación.

La Aurora era el periódico de Puerto de Cabras en los tiempos de la visita de Alfonso XIII.

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